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Pymes: 3 directrices para dejar de improvisar, y dale rumbo a tu empresa.

La falta de rumbos en el manejo de tu empresa puede devenir en resultados inciertos, inmediatistas y coyunturales. ¿Por qué no darte la oportunidad de definir el camino que quieres seguir?

Tres directrices que te ayudaran a cambiar los resultados de tu empresa:

1.- En primer lugar, todo negocio, que aspire a conformarse en una verdadera empresa debiera tener claro y por escrito cuál es su objeto de ser, es decir, la razón principal de su existencia. Las siguientes cuestiones te orientarán: por qué decidiste tener ese negocio y no otro, con qué finalidad, para quién lo hiciste, cómo quieres que los demás lo vean. Para responderlas, ten en cuenta el punto de vista social, la óptica de vinculación con los compradores de tus bienes o servicios; la llamada misión de la empresa.

2.- Una vez que hayas identificado la misión, responde a las preguntas que te ayuden a construir el cómo quieres que tu empresa sea en el futuro, por ahora basta con que respondas la visión de mediano plazo, puede ser dentro de cuatro o cinco años. Define una visión clara, posible o realista, sencilla y acorde a los valores que imperan en tu empresa. Esto definirá el rumbo que quieres tomar para tu empresa.

3.- El siguiente paso tiene que ver con los objetivos que deberás plantearte para poder construir la empresa que quieres tener en el mediano plazo, es decir, la ruta o rutas que vas a seguir para llegar a tu meta, pero siempre en el marco de la misión que te has marcado. Lo recomendable es definir varios objetivos de corto plazo, todos encaminados a llegar a la meta marcada. Trata que tus objetivos sean lo más específicos posibles, que sean medibles, además de ser viables, si tienes objetivos inalcanzables, tienes el riesgo de extraviar tu rumbo.

Una vez que cuentas con la misión, visión y objetivos de tu empresa asegúrate de darle un redacción, clara, corta y fácil de recordar para ti y todos los empleados, porque de nada sirve que sólo tú las conozcas, si todo el personal de tu empresa se encuentran ajenos a ellos.

Para concluir, de nada sirve que definas todo lo anterior, si estos sólo se quedan en papel. Lo ideal es que que todos los lleven a la práctica, que todos se sientan identificados con estos principios de la empresa en la que laboran, la que les da el sustento y la posibilidad de desarrollar su potencial.