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Sufrir los cambios o aprovecharlos?

Si las tendencias cambian las costumbres de los clientes las empresas no pueden ignorarlas.

Para las pymes, aggiornarse no es simplemente modernizarse. El objetivo primero de las empresas es la competitividad, por lo tanto, se trata de poner a prueba la capacidad de discernir cuáles son las tendencias que van a cambiar las reglas del juego y tomar las mejores decisiones. Muchos negocios nacen a partir de las nuevas tendencias y otras, que se fundaron con una visión del mundo diferente, optan por reconvertirse.

“En este proceso de reconversión, el líder debe tener en claro la misión y visión de su compañía; contar con estrategias adecuadas; poseer habilidades de comunicación, motivación y contención en el cambio”, explica Roberto Abieri, profesor de la Especialización en Asesoramiento Empresario de la Universidad del Museo Social Argentino.

Al respecto, Alberto Rubio, decano de la Escuela de Posgrado en Negocios de la Universidad de Belgrano, aconseja que lo primero que el empresario debe hacer es preguntarse si su producto es susceptible de cambio, si no lo es debe pensar cuáles son las nuevas dimensiones que, directa o indirectamente, se relacionan con su negocio

Uno de los principales cambios -si no el principal- viene de la mano de Internet. Éste es un mundo virtual paralelo que crece, cambia e interactúa con el real. Ya nadie discute sus ventajas o riesgos, pero hay que adaptarse y vivirlo. Hoy, las empresas tienen que salir a ofrecer sus servicios o productos en línea. Los sitios e-commerce y las redes sociales son las verdaderas protagonistas del siglo.

Para ser una empresa 2.0 con mayúscula, las redes sociales no pueden quedar afuera. Pero Flavia Tomaello y Natalia Gitelman advierten en su libro Redes sociales y empresas; menos enredo, más conexión (Errepar): “El acceso a las redes deberá estar precedido de una definición de políticas y requiere recursos”.

La red sociales permite estar presentes en la vida cotidiana de sus clientes con un feedback permanente tanto para comunicar novedades como para recibir información.

La idea es que los clientes vivan la marca tanto en el mundo digital como en el real. Por eso es indispensable tener en cuenta las oportunidades que acarrean los grandes cambios tecnológicos y sociales.